Hacía tiempo que no participaba en una travesía de montaña tan larga, así que, cuando supe que cerca de casa organizaban la Travessa del Turó de l'Home - La Garriga, me decidí a probar mi estado de forma actual en este tipo de caminadas, muy atractivas pero muy exigentes a la vez.
Me sorprendí al llegar, poco antes de las seis de la mañana, al punto de partida, donde nos esperaba el autocar que nos dejaría en Santa Fe del Montseny. Yo esperaba una participación numerosa, pero sólo éramos 29 marchadores. No sé el motivo, ni los mismos organizadores se lo explican. Es una pena, porque es una marcha que merece la pena hacerla, por su gran belleza.
A las 7'30 h. nos dejó el autocar a pie del Turó de l'Home e iniciamos la subida, unos cinco kms. de considerable desnivel.
Hicimos una parada en el alto para respirar y admirar los preciosos paisajes que desde arriba se divisan y, a continuación, un largo y peligroso descenso a Sant Marçal. Un compañero resbaló y arrastró su cuerpo unos metros. Fue un susto para todos y más para él, pero, afortunadamente, no se hizo más que un pequeño rasguño y continuó la marcha sin problema alguno.
Al llegar abajo, paramos para almorzar. Todos sacaron sus bocadillos menos yo y alguno más que no sabíamos que lo teníamos que llevar de casa. Una barrita de cereales, que siempre llevo en la mochila y una naranja que me ofreció un compañero solucionaron mi "problema", además, no muy lejos de allí pasaríamos por un punto de avituallamiento con pastas y bebida.
Nuevamente toca subir, ahora al Matagalls, que tiene una altura de 1.697 m. Tras casi dos horas de una dura ascensión, llegamos al techo de la marcha, donde hacemos otra parada y nos encontramos con otros grupos, había cola para hacerse fotos delante de la cruz de hierro. Desde arriba divisábamos gran parte de Catalunya , incluída la mítica montaña de Montserrat y forzando un poco la vista, percibíamos a lo lejos la isla de Mallorca. Tuvimos suerte de que el día estuvise muy claro.
Nos resistíamos a abandonar tan privilegiado espacio, pero había que seguir, ahora por un descenso más suave que el anterior, pero no exento de tramos de cierta dificultad. Nos encontramos con numerosos excursionistas, es clásica la subida al Matagalls desde Collformic.
Paramos en un bar, estratégicamente situado, que te invitaba a entrar, el día era cálido y yo tomé una cerveza fresca que me sentó muy bien.
Hacia las dos y media parada, esta oficial, en el Pla de la Calma, para la comida del mediodía. Hubo de todo, pollo, patatas, pasta, postre, vino, cava, café y carajillo, un completísimo menú. Hubo quien se atrevió a repetir sobretodo la tarta de manzana, que estaba deliciosa.
Tras una hora de descanso y con la barriga llena, reanudamos la marcha. Suerte que a partir de aquí se suavizó el camino, casi todo era bajada y algunos tramos fáciles, donde pudimos recuperar parte del tiempo "perdido".
A las 7 de la tarde llegábamos al Centre Excursionista de La Garriga un grupo de personas que nos habíamos perdido, pensábamos que nos estaban esperando, pero nuestra sorpresa fue que llegamos los primeros, el resto de marchadores llegó enseguida.
Mi agradecimiento a los organizadores, todos ellos muy serviciales y agradables. Es una pena que esta Caminada no enganche a más gente, porque es espectacular por su recorrido y belleza de los lugres por los que transcurre.
Para mi gusto, quizá tenga excesivos y largos parones, ya sé que es una marcha familiar, pero son muchas las horas que estamos fuera de casa.
P.D.: Me quedé sin bateria en el móvil y no pude tomar fotos de la segunda parte de la Travessa, lo siento por los seguidores del blog.
Saludos.
Antonio R.
