Camino de Santiago Francés. Etapa Sarria - Portomarín ( 22 kms.) 19-10-2014

          Como ya saben muchos de los lectores de mi blog, hice el primer Camino de Santiago en el año 2004 y me quedé enganchado a él. Desde entonces he ido a muchos y diferentes Caminos, pero esta vez ha sido un tanto especial: Feli estaba convaleciente de una lesión y mi hermana Paqui y su marido Fernando se "enfrentaban" por primera vez a la aventura de caminar durante seis días seguidos, desde Sarria a Santiago.   Yo, como veterano, era el animador del grupo en principio, pero, ya el primer día ellos cogieron confianza y empezamos a saborear y empaparnos juntos de todo lo bueno que nos da el Camino y también a soportar el cansancio que supone caminar más quilómetros de lo que es habitual en la vida cotidiana.

         
          Nuestra primera sorpresa fue comprobar que, al contrario de lo que pensábamos, no nos íbamos a encontrar solos, había mucha gente que también hacía el Camino en estas fechas.

 

         Salimos abrigados de Sarria, pero pronto empezó a sobrarnos ropa debido a la fuerte pendiente y después, conforme avanzaba el día, por la subida de la temperatura hasta los más de 25º, cosa no muy habitual por estas fechas y más teniendo en cuenta que las semanas anteriores había llovido mucho.
         

          
          La cámara fotográfica y los móviles no paraban de funcionar, por lo que la marcha era muy lenta, pero no importaba, la belleza era tal que Paqui, Fernando y también nosotros, a menudo encontrábamos un motivo para parar y sacar una foto. Tras más de dos horas en cubrir los aproximadamente 5 kms. que había hasta llegar a Barbadelo, paramos para tomar el aperitivo.

         
          Repuestas las fuerzas, seguimos, ahora un poco más deprisa y, después de unas horas, llegamos a Mercadoiro, donde pensábamos comer y finalizar la etapa del día. Una vez bien comidos y mejor bebidos, Paqui nos sorprendió y nos dijo que quería seguir hasta Portomarín.

 

          
         Estos últimos quilómetros, aunque eran de bajada en su mayoría, se nos hicieron interminables, pero nos compensó la espectacular vista que nos ofreció el puente sobre el río Miño. Al fin llegamos, cansados pero contentos, en especial Paqui, que aún no se creía que fuese capaz de caminar 22 kms. en un solo día.

          Saludos y Buen Camino.
          Antonio Romero.