Hoy también se celebraba la Mitja de Granollers. Tenía dudas entre quedarme como espectador de esta gran prueba (este año no la podía correr por estar convaleciente de una lesión) o ir a la Marxa de Sant Pol de Mar. Al final nos decidimos por esta segunda opción y no nos arrepentimos, disfrutamos de una excelente matinal.
Hacía mucho frío, lógico por estas fechas, pero pronto nos calentamos ya que de salida tuvimos que afrontar la primera subida del día. Un breve descanso bajando y a continuación, otra de las varias cuestas de las que constaba la prueba.
No sé si les pasa a todos pero yo, cuando miro el perfil de una marcha de cualquier pueblo de la costa y veo que la altura máxima es de 200 ó 300 m., pienso en principio que es suave, sin tener en cuenta que partimos de 0 m., por estar a nivel del mar. Luego, la realidad es que no es tan fácil y tenemos que afrontar subidas y las consiguientes bajadas de una considerable dificultad.
Como el día estaba despejado, las vistas eran maravillosas y no teníamos mucha prisa, en cada descansillo había gente haciendo fotos, plasmando la belleza del lugar.
Al salir nos obsequiaron con un croissant y hubo además tres avituallamientos con agua, azúcar y naranjas, situados estratégicamente. En el tercero se habían acabado las naranjas, no importaba mucho, dado que la distancia a recorrer, unos 15 kms., no era mucha, pero quizá habría que cuidar estos detalles, si hay avituallamiento tiene que llegar para todos los participantes.
Al llegar, fuimos obsequiados con la ya clásica butifarra, vino de la tierra y refrescos.
Saludos.
Antonio R.
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