Este año hemos vuelto otra vez al pueblo donde nací, Montillana. Cada día, por la mañana, nos hemos desplazado a alguno de los pueblos de la zona que no conocíamos.
Por la tarde nos reuníamos con mi madre que, aunque habitualmente vive
en Madrid, también tiene una casa en el pueblo y viene a menudo, sobre
todo en verano, con los familiares ( de los mayores, por razones obvias,
ya quedan pocos ) y con amigos, algunos de ellos hacía mucho tiempo que no los veíamos.
Como acostumbro a hacer, algunas tardes, cuando amainaba el calor, he
salido un rato a correr por los caminos, rodeado de los muchos olivos
que abundan por la zona. En dos ocasiones estuve acompañado por creo que
el único corredor que vive en el pueblo. Ha sido un placer, Antonio,
nos volveremos a ver y a disfrutar de nuestro deporte favorito.
A la vuelta veníamos con el coche muy cargado, a las maletas y a mi bolsa de deporte, que nunca falta en mi equipaje, había que añadir unas cuantas cajas que contenían bastantes litros de aceite, producto estrella de Montillana, elaborado en su ya famosa Almazara. También nos trajimos dos olivos pequeños, que ya están trasplantados en nuestro jardín.
Saludos.
Antonio R.
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