Empezamos a caminar en la aldea de Preguntoño, donde lo dejamos el día anterior. Comenzamos en subida, no muy fuerte y encadenamos una serie de toboganes, que ya será la tónica hasta la llegada a Santiago. Por esta zona ya ha cambiado un poco la flora relativa a los árboles, ahora lo que más vemos son los eucaliptos, que junto a los castaños, son los árboles que más abundan en Galicia.
Tras unos nueve quilómetros de caminar, hacemos la clásica parada de media mañana en Salceda, en un bar muy frecuentado por los peregrinos, que cuelga en su techo una gran colección de camisetas de muchos puntos del mundo y, además, sirve unos excelentes bocadillos.
Nos costó reanudar la marcha, era tan buena la temperatura, que nos invitaba a seguir sentados haciendo la digestión. Ahora toca otro tramo de subida, pasamos por A Brea y hacemos un tramo muy largo, paralelo a la carretera, hasta llegar a O Empalme. Otra paradita, esta breve, y bajada muy larga, pasando por Santa Irene. A partir de aquí, entramos en una zona muy tupida de bosque, cuya sombra agradecemos.
Llegamos a Pedrouzo, las fuerzas empiezan a flaquear, pero seguimos unos 3 ó 4 kms., que se nos hacen eternos. En Amenal damos por concluída la etapa del día.
Saludos y Buen Camino.
Antonio R.
Me gusta el orreo y la parada para reponer fuerzas
ResponEliminaHola, Antonio.
EliminaNo sé a qué hórreo te refieres, hay varios en el reportaje......
En cuanto a los bocadillos, en el Camino se come muy bien, a veces demasiado, jajaja.
Un abrazo.