Amanece el día con niebla, por estos lares es lo normal, nos movemos en alturas de mil metros. Salimos de Berducedo en ligero ascenso y luego bajamos a A Mesa, pequeño pueblo escondido entre la niebla y sin servicios.
Volvemos a subir unos dos kilómetros hasta el punto más alto, todo por asfalto. Desde aquí, las vistas son espectaculares, tenemos un sol radiante y, si miramos hacia abajo, vemos un espeso manto de niebla que cubre los valles que vamos dejando atrás, las fotos que estamos tomando quedarán preciosas.
Iniciamos una larga y pronunciada bajada, primero por carretera y luego por pistas forestales y senderos, que nos lleva al embalse de Grandas, a una altura de doscientos metros. La bajada de nivel en 10 kms. ha sido considerable.
Aquí hay un bar - restaurante estratégicamente situado, el único en toda la etapa. Todos los caminantes paramos, bien para comer o para tomar el aperitivo. Nos volvemos a encontrar con " viejos conocidos ", Robert, francés de Bordeaux, Robert y Fernando, equipo suegro-yerno, bien avenidos, belga y español, residentes en Bruxelles y Verónica, simpática chica canaria que hemos conocido hoy y que tenía algunos problemillas físicos.
Tras un buen rato de descanso, reanudamos la marcha, siempre por carretera y con el precioso pantano de acompañante. Son más de diez kilómetros de ascenso bastante pronunciado y por carretera, con poco tránsito de vehículos.
Aunque la etapa de hoy ha sido muy bonita, todas las del Camino Primitivo lo son, el final se hace largo y pesado, parece que alejasen la "meta" y que no vayamos a llegar nunca.
Al fin, después de casi siete horas de caminar, llegamos a Grandas de Salime, final de la más que interesante etapa de hoy.
Saludos y Buen Camino.
Antonio R.
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