diumenge, 14 de setembre del 2014

Viaje a la Selva Negra, Alemania. Septiembre de 2014, 3er. día

          Me desperté antes de lo habitual y, como hacía ya unos días que no corría, me calcé las zapatillas y salí a correr. En principio pensé hacerlo por el bosque que está a pie del hotel pero, como no conocía bien el terreno, opté por subir carretera arriba hasta el cercano pueblo de Strittmatt, a unos 4 quilómetros de distancia. Invertí 25 minutos cuesta arriba y bajé, lógicamente, bastante más deprisa. En total, 45 minutos para hacer los 8 kms. de entrenamiento.
          Una buena ducha y, a las ocho en punto, ya estaba desayunando con Feli y Dolores y Paco, compañeros de mesa y de muy buenos momentos durante el viaje a la Selva Negra.




          Como cada día, a las nueve ya estábamos todo el grupo subidos en el autocar. Hoy vamos a visitar uno de los pueblos más conocidos de la zona, Schonach, famoso por la fabricación de relojes cu-cu y por tener el reloj más grande del mundo. Una simpática chica, de nacionalidad húngara, pero con un casi perfecto conocimiento del idioma castellano, nos explicó los orígenes y la historia de los singulares relojes cu-cu.




          Después nos fuímos a Freiburg, capital de la Selva Negra del sur. Un paseo por la bonita ciudad, acompañados por Ralf, nuestro eficiente guía alemán-hispano (de padre alemán y madre catalana) y unas horas libres, que dedicamos a visitar la Catedral. Unos pocos subimos a la torre, trepar escaleras es una de mis aficiones favoritas y, a las 14 h., comida conjunta.






          Por cierto, me llevé una gran alegría al saber que Freiburg está hermanada con varias ciudades, una de ellas "mi" Granada.




            Por la tarde, fuímos a ver los saltos del agua de Todlnauberg. El autocar nos dejó arriba y bajamos siguiendo el curso del río, dando un corto, pero agradable paseo. Las cámaras fotográficas no cesaban de trabajar, deslumbradas por la belleza del lugar.
           Llegamos al autocar y vuelta a Görwihl, nuestro pueblo-dormitorio. Cenamos y, unos nos vamos pronto a la habitación, mientras otros lo hicieron más tarde, entretenidos con sus juguetes, o séase, móviles.




          Saludos.
          Antonio R.

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